La influencia de la genética en la pérdida auditiva
¿Qué rol juega la genética en la pérdida auditiva?
Aunque factores como el envejecimiento, la exposición al ruido y las infecciones auditivas son causas comunes de la pérdida de audición, la genética también juega un papel clave. Estudios han demostrado que alrededor del 50-60% de los casos de pérdida auditiva en niños son hereditarios. Los genes involucrados pueden afectar el desarrollo de las estructuras del oído interno o la función de las células sensoriales encargadas de captar el sonido.
Tipos de pérdida auditiva genética
Existen diferentes tipos de pérdida auditiva genética. En algunos casos, la pérdida auditiva está presente desde el nacimiento, lo que se conoce como sordera congénita. Sin embargo, en otros casos, puede desarrollarse progresivamente a lo largo de la vida, lo que se denomina pérdida auditiva de inicio tardío. Estas condiciones pueden ser autosómicas dominantes, lo que significa que basta con heredar un solo gen mutado de uno de los padres, o autosómicas recesivas, donde se necesita heredar dos copias del gen mutado (uno de cada progenitor).
Pruebas genéticas y tratamiento
Hoy en día, existen pruebas genéticas que pueden identificar si una persona está en riesgo de desarrollar pérdida auditiva hereditaria. Con esta información, es posible tomar medidas preventivas o aplicar tratamientos más personalizados. Por ejemplo, en casos de pérdida auditiva genética, los audífonos y los implantes cocleares pueden ser altamente efectivos, especialmente si se detectan y tratan a tiempo.
Sabemos lo importante que es la detección temprana de la pérdida auditiva, especialmente cuando puede ser hereditaria. Si tienes antecedentes familiares de pérdida auditiva o crees que puedes estar en riesgo, te invitamos a Fónix a realizarte un examen auditivo con nosotros. Nuestro equipo te asesorará sobre las mejores opciones de tratamiento para proteger tu audición. ¡No dejes que la genética te limite, actúa a tiempo! Visita nuestro blog para más consejos de audiología.